Con la pérdida del estrógeno sobreviene una serie de síntomas a corto plazo y los potenciales problemas a largo plazo.
Los síntomas a corto plazo asociados con la pérdida del estrógeno usualmente aparecen enseguida: pueden variar en intensidad y duración en cada mujer, pero la mayoría puede experimentar fuertes sofocos, sudoración nocturna (que puede interferir con el cansancio y la irritabilidad), sequedad de la vagina (que puede causar disminución de la lubricación vaginal, picazón, y provocar dolor durante las relaciones sexuales) así como cambios en el humor.
Sin embargo, otros cambios también están teniendo lugar en este período que, en realidad, pueden llegar a ser de mucho mayor riesgo para su salud. Este es el caso por ejemplo de la osteoporosis y el riesgo cardiovascular.
Todos estos síntomas suelen desaparecer con los distintos recursos terapéuticos (Terapia de reemplazo hormonal –TRH-, uso de un lubricante –como el Kemial-, cambios higiénicos y dietéticos). Lo importante para destacar es que la vida erótica y sexual no termina con la menopausia (que puede ser precoz -cercana a los 42 años-) sino que es una etapa a disfrutar en plenitud. No nos olvidemos que con el aumento de la expectativa de vida una mujer puede transcurrir casi la mitad de su vida luego del cese de sus menstruaciones y obviamente merece vivir esta etapa manteniendo una óptima salud sexual, gozando del sexo, del amor y la pasión.
La Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) es una manera efectiva para el médico de contrarrestar los efectos que provoca la pérdida del estrógeno en sus pacientes. Puede combinar 2 hormonas que el cuerpo deja de producir durante la menopausia: estrógeno y progesterona, aliviando los síntomas asociados con la menopausia y con el uso continuo puede ofrecer beneficios protectores en el largo plazo como la prevención de osteoporosis o del riesgo cardiovascular.
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